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Esta crónica no solo cuenta la historia de un minero accidentado. La cantidad de trabas, enredos y dificultades que debe pasar este personaje antes de ser atendido, evidencia lo poco preparadas que están algunas empresas mineras para responder eficientemente ante los peligrosos riesgos que corren permanentemente los mineros en el socavón.

 

Cuando la mina se convierte en la vida misma

 

Henry Berrío, Idy Catalina Vanegas, Brayan Agudelo, Daniela Bravo - Colectivo de Periodismo El Suroeste

 

 

 

El 4 de febrero del 2015 Manuel Antonio Berrío se levantó como de costumbre a las 3:30 a.m. para ir a trabajar, primero se organizó y luego desayunó. Salió de su casa a las 4:30 a.m. para tomar el transporte del trabajo que pasaba por la carretera principal ubicada a 25 minutos de su casa, a eso de las 5:00 a.m.

 

Llegó a la mina a las 5:30 a.m., media hora antes del inicio de la jornada laboral. Empezó con los trabajos de martillero como le correspondía diariamente, sin embargo, a diferencia de los otros días, esa vez trabajó únicamente hasta las 7:30 a.m. la hora justa en la que el desplome de una peña lo tomó por sorpresa.

 

El derrumbe que se produjo lo tapó de la cintura para abajo. Dos compañeros corrieron de inmediato a socorrerlo. Cuando lo sacaron de los escombros Manuel intentó levantarse pero no fue capaz, pues al hacer fuerza para ponerse de pie volvió a caerse. Uno de los compañeros le dijo: “Manuel, se jodió ese pie porque mire como lo tiene”, él se miró su pie derecho y notó que lo tenía volteado para un lado.

 

Con ayuda de otros compañeros lo sacaron del socavón y le inmovilizaron el pie. De inmediato, el encargado de esta mina pidió el carro para transportarlo al hospital pero cuando llegaron a la otra mina cerca de allí se enteraron de que otro compañero también se había accidentado por la misma causa.

 

En este lugar lo demoraron una hora mientras que realizaban el rescate del otro hombre para llevarlo en el mismo carro. Se dirigieron con ellos para el municipio de Titiribí, minutos antes realizaron una llamada al hospital San Juan de Dios del mismo municipio para solicitar una ambulancia; sin embargo, en vista de que esta se demoraba mucho decidieron trasladarlos en un carro particular, aunque esta decisión tampoco fue muy efectiva.

 

Cuando viajaban de la mina al hospital, el conductor recibió una llamada informándole que debía regresar con las personas heridas a la mina, ya que allí se encontraba la ambulancia que minutos antes habían solicitado.

 

El conductor recibe y cumple la orden dada, al llegar de nuevo a la mina hacen de manera rápida el paso de los heridos del carro particular a la ambulancia, el cambio fue a las 11:00 a.m. la ambulancia partió de la mina para el hospital San Vicente de Paúl en Caldas (Antioquia), llegaron a este lugar siendo las 12:30 p.m., allí ya se encontraba su esposa esperándolo.

 

En el hospital a Manuel le enyesaron el pie. A las 3:00 p.m. lo remitieron para la Clínica León 13 ubicada en la ciudad de Medellín a donde llegó a las 4:30 p.m. pero allí ya no pudo acompañarlo su esposa. Permaneció dos días en la sala de urgencias sin recibir aseo personal, continuó tal y como salió de la mina ese 4 de febrero. El compañero que se accidentó ese mismo día, falleció.

 

A Manuel le tomaron unas radiografías y una resonancia para poder operarle el pie, sin embargo cuatro días después aún no le habían entregado la orden para aprobarla y el 8 de febrero le dieron de alta y lo mandaron para su casa con unas muletas. Su esposa al ver que pasaban los días sin llamarlo a darle la orden para la operación, se dirigió a la personería del municipio de Titiribí para poner una tutela contra el Seguro Social exigiendo la autorización inmediata del procedimiento.

 

Pero solo cinco meses después del accidente a Manuel lo operaron, fue el 13 de julio del 2015 en la Clínica León 13. El cirujano le contó que tenía los ligamentos reventados y que le instalaron cuatro tornillos y una platina. Nuevamente enyesado el minero regresó a casa en muletas, pero al pasar un mes le retiraron el yeso y le indicaron que debía tener las muletas por tres meses más.

 

Fueron 120 terapias para que Manuel recupera la movilidad, no obstante, al terminarlas tuvo que usar un bastón por un buen tiempo para restablecer el equilibrio. Tras una larga recuperación de la cirugía, el 7 de diciembre de 2015 retomó sus actividades laborales aunque con algunas restricciones.

 

Manuel lleva laborando 17 años en minas de carbón, diez de estos en la empresa Carbones Quiceno, donde tuvo el accidente.

 

Hoy cuenta que siente alegría al saber que debe enfrentarse a la mina, lo único a lo que le teme es al gas, ya que lo considera como el más grande peligro dentro del socavón. También dice que el accidente no podría haberse evitado, para él era algo que en cualquier momento habría podido pasar. Su esposa y sus hijos agradecen a Dios que Manuel se salvó.

 

Cronología de las tragedias del carbón

 

La historia de Manuel se repite con frecuencia en las minas de esta región y muchas veces las historias no terminan en un simple accidente, con algunos días o meses de incapacidad, sino que son muchas las familias que han perdido a sus seres queridos, quienes son con frecuencia los responsables del hogar.

 

En 1977 murieron 86 mineros en Industrial Hullera en Amagá. En 2010 murieron 73 personas a causa de una explosión en uno de los socavones de la mina Carbones San Fernando, cuatro años después en el mes de noviembre, una explosión en la mina San Pacho, del municipio de Venecia, dejó cinco quemados y una persona muerta; ese mismo año el 30 de octubre, en la vereda La Ferrería del municipio de Amagá, 12 mineros perdieron la vida tras una inundación de la mina La Cancha, y el 28 de enero de 2016 un minero falleció en Carbones San Fernando (Amagá) por el desprendimiento de una roca.

 

 

 

Agosto de 2016

Este proyecto ha sido realizado por el Colectivo de Periodismo El Suroeste

en alianza con la Especialización en Comunicación Política de la Universidad EAFIT.

Diseño Web

Danielle Navarro B

Sara Leyva

Nelson Andrés Tamayo

Damara Ríos

Eimy Fernández

Dirección de contenidos

Andrea del Mar Valencia

Nancy Muriel Estrada

Jhon F. Ruiz Moreno

Danielle Navarro B

Nataly Mira Londoño

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