"Pienso seguir trabajando con el carbón hasta que Dios me lo permita": Edilma Castro

 

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Me llamo Edilma Castro Sarrazola. Desde niña siempre me ha gustado el trabajo material porque soy muy amante a la plata. Tengo mi esposo muy bueno, muy querido, hasta aquí no me ha faltado con nada pero me ha gustado tener lo mío y no decir que me antojé de algo y tener que pedir ¡No! A mí me gusta tener lo mío.

 

 

Desde que me casé me ha gustado mucho trabajar. He desyerbado, trabajado con caña y café, he sembrado y hasta aquí voy con el carbón trabajando hasta que pueda.

 

 

Llevo tres meses trabajando en la mina, terminé trabajando aquí porque una vez uno de los muchachos que trae ripio desde San Fernando le preguntó a dos muchachas: ¿Por aquí quién me puede ayudar? Entonces ellas le dijeron “Edilma, ella es muy echada pa’ delante”. Ya él fue a mi casa y me dijo que lo ayudara a escoger cacho y yo ni corta ni perezosa ahí mismo me arreglé y me fui para la mina.

 

 

Ya estando allá trabajando me dijeron que el día lo pagaban a $30.000 y yo apenas pensaba que ojalá eso me durara, pero el otro día me dieron la noticia de que solo me necesitaban esos dos días.

 

Cuando fui el domingo por el pago apenas me dieron $30.000 por los dos días y yo pregunté que por qué eso así, y dijeron que les habían pagado menos y que eso era para repartirlo entre cinco personas.

 

Cuando llegué a mi casa y les conté a mis hijas me recomendaron que no volviera por allá, que no fuera boba.

 

 

Yo tuve una niñez durita

 

El esposo de mi mamá la dejó por otras mujeres y ella se volvió a casar, y el nuevo esposo no aceptaba que uno tuviera novio sino que era como cuidándome demasiado y por nada me pegaba, por eso yo me fui de la casa a vivir con mi novio…

 

Aunque no fue tanto por el amor que le tenía, sino por irme de la casa.

 

Me casé para que a mi hijo no le dijeran bastardo.

 

Yo primero me salí a vivir con mi novio y convivimos un año. Ya nació mi primer hijo y la familia de él nos dijo que nos casáramos porque ya el niño entraba a la escuela y le decían bastardo. Me tuvieron que convencer mucho para acceder, para decir que sí. Me casé a los 22 años.

 

Con el tiempo fui teniendo a mis otros hijos, en total tuve seis: John Jaime, de ahí sigue Sandra Liliana, Socorro, Lady Julieth, Jonathan Alexander y Mariela Inés.

 

Tuve cinco con partera, solo me hice ecografía con los últimos y con el menor me tocó irme para el hospital porque se me complicó. Ya no tengo ninguno pendiente de mí porque ya todos cogieron sus obligaciones pero reciente que se murió mi mamá me sentí muy sola a pesar de que ya no vivía con ella, porque madre es madre.

 

 

La familia

 

Mi esposo ha trabajado en los cañaduzales cortando caña y así sacamos adelante a nuestros seis hijos. Nosotros dos nos la hemos llevado muy bien, nunca pasó que nos agarráramos a pelear como se ve ahora o que él me insultara o yo a él. Lo mismo con los hijos, no los levantamos a punta de pelas o insultos.

 

 

Escogiendo peña

 

A mí me ofrecieron seguir yendo a la mina y yo dije que sí porque ya no me pagaban los $30.000 sino que cada pago sería por $160.000 y aquí seguí.

 

 

Yo me levanto a las 3:30 a.m. y despacho a mi esposo, y faltando un cuarto para las 7:00 a.m. me voy a trabajar. Llego y tengo que esperar a que salga el primer coche, lo descargan y nos colocamos a escoger la peña, y así seguimos todo el día.